sábado, 19 de noviembre de 2016

"Al Alba" de Aute... Una trágica historia escondida..


Sabido es que la necesidad crea ingenio y muchos fueron los artistas que echaron mano de su talento, inteligencia para ingeniárselas y decir entre líneas y con un doble lenguaje lo que no se podía.
En 1975 el gobierno del General Franco daba ya sus últimos coletazos. La delicada salud del dictador sumado a las múltiples solicitudes por parte de la opinión internacional de iniciar un aperturismo político hacía que en el propio régimen hubiese divisiones internas
Uno de los momentos de más tensión política se vivió en el mes de septiembre de ese mismo año. Los juicios celebrados a un importante número de miembros de los grupos terroristas ETA (político-militar) y FRAP y la condena que se les impuso a la pena de muerte fueron el detonante para que la opinión pública alzase su feroz grito de protesta.
La fecha fijada para llevar a cabo las 11 ejecuciones dictadas en los últimos 'consejos de guerra' celebrados fue la del sábado 27 de septiembre. Pero la presión internacional comenzó a enviar mensajes de clemencia a Franco para que conmutase las penas de muerte por la cadena perpetua.
 
El gobierno hacía oídos sordos al clamor internacional y, como un acto de buena voluntad, en el Consejo de Ministros celebrado el viernes 26 de septiembre se le conmutó la pena de muerte por presidio a seis de los once condenados, haciendo cumplir la ejecución de los otros cinco para el día siguiente.
Fue durante los días anteriores a esas ejecuciones, que tendrían lugar en Barcelona, Madrid y Burgos (prisiones militares en las que se encontraban los condenados), en los que el cantautor Luis Eduardo Aute compuso una de sus mejores canciones, llegando a convertirse en toda una declaración de amor y sufrimiento. Para poder esquivar a la férrea censura franquista, Aute envió varias canciones para que fueran examinadas por los censores del régimen. La mayoría llevaban un claro mensaje que sería detectado por estos, para así dar vía libre a una inocente canción de amor que pasó desapercibida por los dictaminadores de turno.
Tras la canción se escondía todo un alegato contra la pena de muerte y una proclama a la libertad. Las metáforas de la composición pasaron totalmente desapercibidas para la censura.
El propio autor declararía años más tarde que la compuso los días previos a los fusilamientos de Ángel Otaegui y Juan Paredes (de ETA político-militar) y de José Luis Sánchez Bravo, Ramón García Sanz y José Humberto Baena (del FRAP).  La escribió rápidamente; quizás ha sido la canción que menos tiempo ha tardado en componer.
Según sus propias palabras en una entrevista publicada por el diario La Vanguardia el 4 de noviembre de 2000:  "(…)Debe haber sido una de las canciones que más rápidamente me surgieron, pero quería que la gente la cantara. La verdad es que no tuve que pensar mucho, salió del dolor(…)".



Y la gente la cantó… captando el mensaje implícito en la canción y convirtiéndolo en el himno de toda una generación...
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 

viernes, 11 de noviembre de 2016

DEL POETA AL CANTAUTOR, O... ¿INTÉRPRETE?

Existe mucha confusión en torno a la palabra “cantautor”, ya que en castellano no refleja la realidad que reflejaba la palabra en francés de la que se tradujo, que implicaba: “cantante de contenido poético, de texto, de poesía”, pues así expresada en castellano -incluso en catalán, gallego y vasco- viene a significar simple y llanamente, en sentido lato, “cantante que canta sus propias canciones”; según lo cuál, sería también cantautor Miguel Bosé (cosa a la que me opongo desde el sentido estricto), y no lo serían -y eso es lo peor- Paco Ibáñez o Amancio Prada.
 


Paco Ibáñez y Raimon en el Teatro Olympia (París)

Por tanto, lo que define al cantautor es el contenido de sus canciones: un contenido poético; el cantautor, además de músico, ha de ser poeta o también intérprete de poesía. ¿De toda poesía? En principio sí, pero especialmente de una poesía que va dirigida al pueblo, sencilla sin perder su componente poético o metafórico, que sirve para abrigar y despertar conciencias y esperanzas. Hablamos de la poesía que nace durante los años 30, con Lorca, Alberti, Miguel Hernández y León Felipe entre otros, que encuentra su continuidad en Celaya, González, Fuertes, y que acabará cuajando en las voces de Paco Ibáñez y Raimon primeramente, para extenderse afortunada y felizmente a lo largo de toda la geografía vocal, en gargantas de los cuatro puntos cardinales del país.
 
Tal vez me arriesgue mucho al exponer esto, pues son ideas a las que he llegado yo por mi cuenta, aunque no son originales: ya Manuel Vázquez Montalbán y caulquier estudioso de la poesía de la guerra civil o de la obra poética de Antonio Machado y Miguel Hernández lo dijo antes que yo, incluidos ellos. Ejemplo:

¿Un arte proletario? Para mí no hay problema. Todo arte verdadero será arte proletario. Quiero decir que todo artista trabaja siempre para la prole de Adán. Lo difícil sería crear un arte para señoritos, que no ha existido jamás.
Antonio Machado: Consejos, sentencias y donaires de Juan de Mairena y de su maestro Abel Martín (“Hora de España”, nº 1; Valenica,1937)
 
Poco nos quedaría a nosotros añadir después de lo sentenciado por Antonio Machado a través de sus alter egos. Nadie debería dudar que la poesía nace en los tiempos primitivos y antiguos en el pueblo, para recordar diferentes cosas, alabar hechos y un largo etcétera cuando nace unida a la música.
 En España surgiría un movimiento popularizador de la poesía, gracias sobre todo a los antecedentes de Antonio Machado y Miguel de Unamuno, después del movimiento poético del 27: si en un principio el lema de los poetas del 27 fue “poesía para quien la entienda”, después, con el neopopulismo que llegó, fue “poesía para todos
 
Celaya, Blas de Otero, Gloria Fuertes,  Gonzalez, Bonald
La Generación del 50 ofrecía una nueva visión de la poesía: no una falsedad intelectual, sino el reflejo de la situación que vivía el país de verdad: un país que no era de soldados ni de banderas ni de destinos gloriosos, sino de pastores, agricultores, obreros y emigrantes.
España se había quedado sin sus mejores poetas: bien asesinados, bien exiliados, o bien silenciados; así que estos poetas fueron una bocanada de aire fresco contra una reacción literaria que había vuelto a instaurar una aristocracia intelectual: un arte para señoritos.
Los mejores poetas contemporáneos españoles estaban prohibidos, total o parcialmente, pero eso no impidió que una juventud ávida de la palabra los buscara… Y, ¿por qué no? los cantara.
Es en 1956 cuando Paco Ibáñez, iluminado por la Chanson francesa, comienza a musicalizar poemas de poetas clásicos como Góngora o Quevedo, y también de Lorca, Alberti y Miguel Hernández para acabar musicalizando también a los poetas contemporáneos como Celaya y Blas de Otero. A partir de ahí, Paco se convierte en un referente, demostrando que la poesía española podía convertirse en un himno de la resistencia: “A galopar” de Alberti, “España en marcha” de Celaya y muchas más, en su voz, serían coreadas por la juventud anti-fascista durante todos aquellos años. Dicen que cuando Celaya oyó uno de sus poemas en la voz de Paco le dijo: “Puedes coger todos los que quieras”.
 
 Paco Ibáñez con Alberti en el Teatro Alcalá en Mayo de 1991 con "A galopar"
 
Pero también se cantan a poetas extranjeros, especialmente latinoamericanos, como el cubano Nicolás Guillén o el chileno Pablo Neruda, amén de un poeta novel como Mario Benedetti entonces. Se canta también al inmortal Bertold Brecht, sea en castellano (“La cruzada de los niños”, por Adolfo Celdrán), en vasco (“Liluraren kontra” -Contra el embeselamiento-, “Denok ala inor ez” -O todos o ninguno- por Mikel Laboa) o en lo que fuera. E incluso poetas nortemaericanos del movimiento beat, como Allen Ginsberg, cantado por Hilario, o el griego Kavafis, adaptado por Pere Quart y cantado por Lluís Llach o Marina Rossell. Y un largo etcétera. 
Adolfo Celdrán en "La cruzada de los niños" (de Bertold Brecht)

Por supuesto, se llega a una especie de alianza entre poetas y cantantes, también con poetas nuevísimos como, por ejemplo, Agustín García Calvo: los cantantes llegan a cantar el poema al tiempo que este se está editando.
 Por otra parte, no sólo se cantaban a poetas de izquierdas: la poesía, a fin de cuentas, si es buena es buena. Por ejemplo, Elisa canta a Manuel Machado, que, al contrario que su hermano, militó voluntariamente en las filas intelectuales franquistas, al igual que Gerardo Diego o el gallego Álvaro Cunqueiro, que es cantado por Luis Emilio Batallán. Así que esto viene a demostrar que el interés del cantante por la poesía no era meramente político.
Patxi Andoin
Sin embargo, algunos cantantes no necesitan de los poemas de los demás al elaborar una maravillosa poesía. A estos los habíamos llamado cantautores “auto-suficientes” porque sólo cantaban su propia poesía, general o parcialmente. Patxi Andión, Labordeta, Aute, Pablo Guerrero, Hilario Camacho, Xabier Lete, J. A. Arze hacen su propios textos, e incluso para otros compañeros. Además, muchos cantantes también plasmaban su visión sobre la poesía, una poesía que debe servir para todos y no para unos para pocos, una poesía que tiene que abrigar y despertar conciencias.

La cultura actual española debiera estar agradecida a estos cantores, porque no sólo conservaron, mantuvieron y restauraron a los grandes poetas prohibidos por el franquismo, también ayudaron a su difusión en un país altamente analfabeto y sin escolarizar; incluso hoy, muchos de los que somos aficionados a esta música descubrimos poetas y poemas hasta entonces desconocidos, incluso en los otros idiomas cooficiales; ahí, los cantautores vascos, gallegos y catalanes hicieron un gran favor a su cultura, dándoles a conocer a los otros a grandes poetas que de otra manera, además de la barrera idiomática, no los hubieran podido descubrir nunca. Si no hubiera sido por ellos, en las escuelas, quién sabe, tal vez no se hubiera enseñado más allá de Bécquer y aún así, todavía faltan reconocimientos, y lo que es peor, el peligro de que renazcan las aristocracias culturales y esto es realmente peligroso, porque supondrá una reacción a los tiempos en los que sólo un grupo preparado económicamente pueda acceder a la cultura. A fin de cuentas, es posible que esto se esté haciendo...

Mes despido con este vídeo de Patxi Andoin  cantando los sonetos 37/73 que introducen este texto: "Poesía para despertar conciencias"


 


 

 

sábado, 5 de noviembre de 2016

LA POESIA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO...

 
Rafael Gabriel Juan Múgica Celaya Leceta (1911 en Hernani, 1991 Madrid).
Su nombre le sirvió para utilizar tres seudónimos diferentes a lo largo de su vida, el de Rafael Múgica, Juan Leceta y Gabriel Celaya.
Ingeniero de profesión, relega su destino empresarial e industrial en la década de los treinta tras conocer a Federico García Lorca en la Residencia de Estudiantes y a otros intelectuales que lo inclinaron por el campo de la literatura, llevándolo a dedicarse por entero a la poesía. En 1946 funda la colección de poesía Norte, con la que pretendía hacer de puente con la generación del 27.
Como otros poetas de su generación, Gabriel Celaya estuvo en contacto con el surrealismo, el neorromanticismo y otros “ismos” muy populares a principios de siglo, pero el traumático acontecimiento de la Guerra Civil lo encamina hacia una poesía más comprometida, social y política. Así pues, en los años cincuenta, como poeta de la literatura de posguerra, Celaya se integra en la estética del compromiso (Lo demás es silencio 1952 y Cantos íberos 1955, verdadera biblia de la poesía social) llegando a ser uno de los más destacados representantes de lo que se denominó “poesía comprometida”. Junto a Eugenio de Nora y Blas de Otero, defiende la idea de una poesía no elitista, al servicio de las mayorías – en contraposición a la poesía de poetas como Juan Ramón Jiménez – una poesía "para transformar el mundo".
Cuando la España democrática de los años noventa quiso darse cuenta, Gabriel Celaya, había muerto prácticamente en la miseria. A pesar de que en 1986 fue galardonado con el Premio Nacional de las Letras Españolas, los últimos años de su vida transcurrieron entre penurias económicas que le llevaron a vender su biblioteca a la Diputación Provincial de Guipúzcoa, y a que el Ministerio de Cultura se hiciera cargo del coste de su estancia en el hospital.
Pensemos ya no sólo en la poesía como arma de carácter político contra la opresión (que es como la entendió el joven Alberti, recitando poemas y arengando a los milicianos durante la Guerra Civil), sino en un arma de conocimiento, en un arma contra aquello que nos impida ser, conocernos y vivir de acuerdo a como somos y a como nos conocemos. Si Gabriel Celaya gritaba a favor de los ciudadanos, quizás sea el momento de hacerlo a favor de las personas, que antes de ser ciudadanos son, y han sido personas.
 
Sí, un arma cargada de futuro. La poesía es uno de los múltiples cauces que a lo largo de la historia ha elegido el hombre para comunicarse con sus semejantes, como la música, la pintura, la escultura... Sigue siendo un arma en potencia porque nos quedan muchas facetas por explorar, sigue estando en potencia y, en realidad, siempre lo estará, porque es inagotable. Todavía, como decía Pablo Guerrero, tiene que llover a cántaros.
 
Parece que hay algunos que están empeñados en medir las cosas, en sumar y en restar, en cerrarnos las murallas, en decir que los versos que no riman son malos y en hacernos creer que sobre nuestra vida hay un techo de cristal que nos impide mirar hacia arriba, aspirar a más. Ante los que nos obligan a que nos conformemos con una pseudovida de “muchacha típica“ con su telefonía móvil, su cirugía estética y sus mal llamadas “revistas del corazón” ¿Por qué no anteponer una vida verdadera, una vida con valores y poesía? Y es que muchas veces es bueno que no aprendamos de lo que se nos está enseñando.

Les pese a quien les pese, la poesía seguirá siendo “un arma cargada de futuro”, quizás al servicio de pocos, porque pocos son los que la leen. Un arma potentísima, porque nos hace comprendernos y comprender, y nos hace disfrutar. Es la varita mágica que hace cosas tan maravillosas como cantar la opresión de los gitanos en romances, o acercar el alma al Amado con una escalera de liras. No hay nadie más “peligroso” y más libre que aquél que sabe quién es y sueña poesía... entonces no habrá sol que derrita las alas, ni sirenas que hagan naufragar las naves.
 
 
El poema “La poesía es un arma cargada de futuro” de Gabriel Celaya, pertenece a Cantos Íberos obra publicada en 1955.

Es un poema que pertenece al género lírico y a la poesía comprometida.
Celaya utiliza esta poesía como medio de comunicación con la sociedad de la posguerra, por eso en su mayoría, el lenguaje es directo y sencillo, sin demasiadas florituras para ser fácilmente entendido por la mayoría.
Hay claras referencias al emisor y a los receptores puesto que va alternando el “yo” con el “nosotros”, incluyéndose así como receptor y sintiéndose identificado con “la masa”.


Fuentes

- Calles, J. y Bermejo B. (2004). Colección de poemas. Madrid: Editorial Libsa. pp. 84-85
- García López, J. (1995). Historia de la literatura española. Madrid: Vicens Vives. p. 724
- Artículo sobre el acto-homenaje a Gabriel Celaya en el Ateneo de Madrid para presentar el libro: La poesía es un arma cargada de Celaya:
- Biografía de Gabriel Celaya:
- Artículo sobre Gabriel Celaya en Wikipedia:
- Página web sobre figuras retóricas:
 

miércoles, 2 de noviembre de 2016

ROMANCE DE CURRO EL PALMO (Joan Manuel Serrat)

Hay una canción de Serrat que revela un paisanaje muy concreto: una galería de personas que casi pueden verse a lo largo de los más de siete minutos de duración de la canción, todos del mundo del flamenco. Dijo Serrat en alguna ocasión que tuvo buenos guías por ese mundo. Uno de ellos fue el genial "Beni de Cadiz", gran cantaor, con el que visitó los tablaos más famosos de Madrid y conoció a primeras figuras del cante jondo. Os dejo un enlace para quien no conociese al Beni (http://www.youtube.com/watch?v=vpb0k3ZsxEs
 ).

La canción en sí es una muestra de giros, expresiones e incluso gramática propios del andaluz. Por ejemplo, que el tablao de la canción (quizá recreando Los Canasteros, propiedad de Manolo Caracol, en la calle de Barbieri, en Madrid) sea propiedad de un tipo apodado "El Lacio" llama la atención: un hombre lacio, en andaluz, es un tipo soso, sin graciade poco espíritu vaya... Exageraciones como que "Merceditas" (la femme fatale de la canción) tenía "la vida y la muerte bordás en la boca". Que el Lacio sea un "gitano falso"... ¿Ex bufón de Palacio? A qué se referirá Serrat? Cercanía con el régimen?

"Alcahuete", palabra andaluza de origen árabe, sí,"alcahuete noble". ¿Se puede ser alcahuete y noble a la vez? luego está la bella sentencia con la que "Merceditas" despacha al Palmo: "Carita gitana, ¿cómo hacer buen vino de una cepa enana?". ¿Se puede tener más arte?

Serrat se recrea en estos dos personajes. Por un lado, la mujer del guardarropa, una belleza española, la imaginamos, de mediado el siglo XX, descarada y muy suya. Por otro, ese pobre cantaor, palmero de los grandes, de segunda fila y que "no hizo la mili por no dar la talla". Pobre Curro. Y, seguidamente, otra sentencia, esta del Palmo, muy al estilo andaluz: "Ay, quién fuese abrigo pa andar contigo", en referencia al trabajo como guardarropista de su amor platónico.

El desamor, en esta canción, tiene más fuerza que un amor consumado. Por eso, el Palmo, antes de entregarse a la muerte, lo prueba todo: hasta leer al escritor de novela rosa Marcial Lafuente Estefanía, quizá para vivir romances ajenos o aprender de las dotes de seducción de los protagonistas de esos librillos.

De repente, se nos presenta el arquetipo de señorito andaluz (o no andaluz, simplemente el señorito): un médico que no es buen médico, y que su fortuna la ha conseguido gracias al contrabando, con esa imagen del Rolls Royce tan añeja. A la par, el Palmo va palmando, va muriéndose, y lo hace al son de soleares, el palo trianero del flamenco sobre el que Serrat había levantado una de sus primeras canciones y que tanto gustaba a los hermanos Machado : "Me'n vaig a peu" (esto no lo digo yo, lo explicó él en una entrevista).

La pena negra andaluza, tan bien retratada por Lorca, tiene aquí su culmen: un entierro, con falsas lágrimas, con su "cajita", sus pésames y sus flores. Para culminar con una expresión también muy andaluza: se va todo de frente y luego te metes a mano derecha, suele decirse para dar una indicación a alguien. Allí, donde nos dice Serrat, sigue el Palmo, ya muerto, con un mito como Frascuelo, haciendo lo que probablemente sólo hacía bien en vida: dando palmas entre cantares por celestiales.

Durante toda la canción, tan bien estructurada en planteamiento-nudo-desenlace, se nos hace una belleza semblanza de lo que es la soledad para el amante no correspondido: la referencia a la cama, tan ancha (como la de la Tieta), donde la realidad se le da de bruces: entre Merceditas y él, sólo está la soledad y aquello que decía Woody Allen: "La masturbación es hacer el amor con la persona que más quieres". Es decir, el manojillo de escarcha. Los censores no se dieron cuenta de esta bellísima metáfora, una de las más carnales, pero a la vez entrañables, del maestro Serrat.

Por cierto, se dice, se comenta, que aunque Curro El Palmo es un personaje inventado, Serrat se inspiró en el Nano de Jerez para llevarlo a la canción. Os dejo otro enlace de este artista, cuyo personaje del Bombero es muy conocido en Andalucía Occidental. Os vais a reír: http://www.youtube.com/watch?v=xd6B1Za3Dz0