Sabido es que la necesidad
crea ingenio y muchos fueron los artistas que echaron mano de su talento,
inteligencia para ingeniárselas y decir entre líneas y con un
doble lenguaje lo que no se podía.![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgc_ivgGEVfrostx9hVdUoCEESypWGduHybxmmQfrxmkF4I1kaZhO9RwLWuu_KjA32XahiA8tepTCyLIzimec5P5JK5JVG5VdGW4PeAPR1T98sz9OltblYRnpQ6nat4ZFTHbiYUDyxK_G8/s320/franco+aute.jpg)
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En 1975 el gobierno del General Franco daba ya sus últimos coletazos. La delicada salud del dictador sumado
a las múltiples solicitudes por parte de la opinión internacional de iniciar un
aperturismo político hacía que en el propio régimen hubiese divisiones internas
Uno de los momentos de más
tensión política se vivió en el mes de septiembre de ese mismo año. Los juicios celebrados a un importante número de
miembros de los grupos terroristas ETA (político-militar) y FRAP
y la condena que se les impuso a la pena de muerte fueron el
detonante para que la opinión pública alzase su feroz grito de protesta.
La fecha fijada para llevar
a cabo las 11 ejecuciones dictadas en los últimos
'consejos de guerra' celebrados fue la del sábado 27 de
septiembre. Pero la presión internacional comenzó a enviar mensajes de clemencia a Franco
para que conmutase las penas de muerte por la cadena perpetua.
El gobierno hacía oídos
sordos al clamor internacional y, como un acto de buena voluntad, en el Consejo
de Ministros celebrado el viernes 26 de septiembre se le conmutó la
pena de muerte por presidio a seis de los once condenados, haciendo cumplir la
ejecución de los otros cinco para el día siguiente.
Fue durante los días anteriores a esas ejecuciones, que tendrían lugar en
Barcelona, Madrid y Burgos (prisiones militares en las que se encontraban los
condenados), en los que el cantautor Luis Eduardo Aute compuso una de
sus mejores canciones, llegando a convertirse en toda una declaración
de amor y sufrimiento. Para poder esquivar a la
férrea censura franquista, Aute
envió varias canciones para que fueran examinadas por los censores del régimen.
La mayoría llevaban un claro mensaje que sería detectado por estos, para así
dar vía libre a una inocente canción de amor que pasó desapercibida por los
dictaminadores de turno.
Tras la canción se
escondía todo un alegato contra la pena de muerte y una proclama a la libertad.
Las metáforas de la composición pasaron totalmente desapercibidas para la
censura.
El propio autor
declararía años más tarde que la compuso los días previos a los fusilamientos
de Ángel Otaegui y Juan Paredes (de ETA político-militar) y de José
Luis Sánchez Bravo, Ramón García Sanz y José Humberto Baena (del FRAP). La escribió rápidamente; quizás ha
sido la canción que menos tiempo ha tardado en componer.
Según sus propias
palabras en una entrevista publicada por el diario La Vanguardia el 4 de
noviembre de 2000: "(…)Debe haber sido una de las canciones que
más rápidamente me surgieron, pero quería que la gente la cantara. La verdad es
que no tuve que pensar mucho, salió del dolor(…)".
Y la gente la cantó… captando el mensaje implícito en la canción y convirtiéndolo en el himno de toda una generación...