miércoles, 14 de diciembre de 2016

El Breve Espacio En Que No Estás...




"El tiempo es muy lento para los que esperan... muy rápido para los que tienen miedo... muy largo para los que se lamentan... muy corto para los que festejan. Pero... para los que aman... el tiempo es eternidad"

La mayoría de las acciones y sentimientos se hallan dentro del marco de tiempo cronológico, aquél que se puede contar en años, meses, minutos. Sin embargo, existe en nosotros el tiempo subjetivo, que no hace uso de ninguna medida para calcular lo transcurrido, pudiendo ser insignificante o eterno. Es así que un par de meses pueden resultar una eternidad, y decenas de años pasar en un parpadeo.
Esta canción original del disco "Comienzo y final de una verde mañana" , es una de las mejor logradas y conocidas de Pablo Milanés, gran cantautor cubano y uno de los fundadores de La Nueva Trova Cubana.
Los restos que alguien deja cuando se va pueden permanecer escondidos por algún tiempo y finalmente desaparecer. Sin embargo, otros intentan seguir tal camino, sólo para descubrir que son indelebles. En la propia concepción de la soledad, esos recuerdos son los que intentan llenar el breve espacio en que esa persona no está. El olvido sería la opción adecuada, pero como decía Benedetti, el olvido está lleno de memoria.

Y en ese breve espacio subjetivo en el cual uno se llena de esperanza, con una respuesta positiva ante el no saber si volverá. Rompiendo todos los esquemas de la lógica, se espera que el espacio vacío e imaginario interior se vuelva a ver bañado de la gracia perdida.
Claro está, no hay personas perfectas, sin embargo la sangre que fluye del corazón a la cabeza puede hacer pronunciar lo contrario, falso. El hecho de aceptar la imperfección de la otra persona, en contraste a lo soñado, da pie a que, en caso de llenarse aquél espacio, no vuelva a vaciarse.

Aquél espacio, aquél brevísimo espacio...
 
 


jueves, 1 de diciembre de 2016

¿QUE FUE DE LOS CANTAUTORES?

Éramos tan libertarios,
casi revolucionarios,
ingenuos como valientes,
barbilampiños sonrientes
lo mejor de cada casa.
Oveja negra que pasa
de seguir la tradición
balando a contracorriente
de la isla al continente.
Era la nueva canción. 
 
Éramos buena gente,
paletos inteligentes,
barbudos estrafalarios,
obreros, chicos de barrio,
progres universitarios,
soñando en una canción,
y viviendo la utopía
convencidos de que un día
vendría la revolución.
 
Aprendiendo a compartir
la vida en una sonrisa,
el cielo en una caricia,
el beso en un calentón,
fuimos sembrando canciones
en esta tierra baldía,
y floreció la poesía
y llenamos los estadios
y en muchas fiestas de barrio
sonó nuestra melodía.

Tardes y noches de gloria
que cambiaron nuestra historia.
Y este país de catetos,
fascistas de pelo en pecho,
curas y monjas serviles,
grises y guardias civiles,
funcionarios con bigote
y chusqueros con galón,
al servicio de una casta
que controlaban tu pasta
tu miedo y tu corazón.
 
Patriotas de bandera,
españoles de primera,
de la España verdadera
aquella tan noble y fiera
que a otra media asesinó
brazo en alto y cara al sol,
leales al movimiento
a la altura y al talento
del pequeño dictador
que fue Caudillo de España
por obra y gracia de dios.
 
Toreando en plaza ajena
todo cambió de repente,
los políticos al frente
de comparsa y trovador.
Se cambiaron las verdades:
"tanto vendes tanto vales",
y llegó la transición:
La democracia es la pera.
Cantautor, a tus trincheras
con corona de laurel
y distintivo de honor
pero no des más la lata
que tu verso no arrebata
y tu tiempo ya pasó.

¿Qué fue de los cantautores?
Preguntan con aire extraño
cada cuatro o cinco años
despistados periodistas
que nos perdieron la pista
y enterraron nuestra voz.
Y así van para más de treinta
con la pregunta de marras
tocándome los bemoles
Me tomen nota señores
que no lo repito más: 
 
Algunos son diputados,
presidentes, concejales,
médicos y profesores,
o ejerciendo asesoría
en la sociedad de autores.
Otros están y no cantan,
otros cantan y no están.
Los hay que se retiraron,
algunos que ya murieron
y otros que están por nacer. 
Jóvenes que son ahora
también universitarios,
obreros, chicos de barrio
que recorren la ciudad.
Un Cd debajo el brazo,
la guitarra en bandolera,
diez euros en la cartera,
cantando de bar en bar.
O esos raperos poetas
que es su panfletos denuncian
otra realidad social.

¿Y mujeres? Ni se sabe.
Y sobre todo si hablamos
de las primeras gloriosas
que tuvieron los ovarios
y el coraje necesario
de subirse a un escenario
de aquella España casposa.
 
¿Qué fue de los cantautores?
Aquí me tienen señores
como en mis tiempos mejores
dando al cante que es lo mío.
Y aunque en invierno haga frío
me queda la primavera,
un abril para la espera
y un Grandola en el corazón.
 
¿Qué fue de los cantautores?
Aquí me tienen señores
aún vivito y coleando
y en estos versos cantando
nuestras verdades de ayer
que salpican el presente
y la mierda pestilente
que trepa por nuestros pies. 
 
¿Qué fue de los cantautores?
De los muchos que empezamos,
de los pocos que quedamos,
de los que aún resistimos,
de los que no claudicamos,
aquí seguimos.
Cada uno en su trinchera
haciendo de la poesía
nuestro pan de cada día.
Siete vidas tiene el gato
aunque no cace ratones.

Hay cantautor para rato.
Cantautor a tus canciones.
Zapatero a tus zapatos

(Luis Pastor)